El posible comprador de un taller de reparación de automóviles en venta en California se dio cuenta, mientras realizaba la diligencia debida, notó que un asistente de oficina figuraba en la nómina. Pero había visitado el negocio como cliente y nunca había visto a nadie trabajando en la oficina.
Al preguntar sobre esto, se enteró de que a la cuñada del vendedor se le pagaba un "salario" de 1.500 dólares mensuales, y que ella figuraba como asistente de oficina, pero en realidad no trabajaba en la empresa.
Eso es un "agregado" y debería incluirse en los ingresos netos, dijo el vendedor.
El comprador quedó preocupado por este descubrimiento. También fue confusa la afirmación del vendedor de que los gastos del automóvil, como la gasolina y los seguros descontados como costos comerciales, deberían agregarse nuevamente a las ganancias.
Estos son sólo dos ejemplos de las muchas preguntas y fuentes de confusión que pueden surgir al intentar comprender los costos reales relacionados con la operación de una empresa. La confusión surge porque muchos, si no la mayoría, de los vendedores intentan mostrar la menor cantidad de ingresos posible para reducir los impuestos que deben pagar. Luego, cuando llega el momento de vender, el dueño del negocio tiene el objetivo opuesto, querer mostrar la mayor cantidad de ganancias posible para justificar el precio que se pide por el negocio.
La forma típica de resolver este dilema es que el vendedor indique los costes que se cargan al negocio pero que no son realmente necesarios para su funcionamiento.
Buenos ejemplos de estos gastos son los gastos personales del propietario pagados a través del negocio, entre otros elementos.